sábado, 19 de enero de 2008

Documento leido en el encuentro del 24/11/06

"El paso de este año ha puesto en clara evidencia, quién es quién y cuales son las motivaciones, de distintos dirigentes y fuerzas políticas; los debates que cubrieron las páginas de los diarios y las pantallas de TV. dan testimonio de los oscuros objetivos y la falta de idearios.Basta caminar por las calles para observar, la miseria que las inunda, discapacitados que mendigan, niños que comen de la basura, establecimientos hospitalarios y centros de salud desbordados, explotación laboral, educación publica en crisis terminal, vejez desamparada, juventud sin contención ni futuro, un país que transita el presente como un moribundo sin esperanza. Y esa falta de esperanza surge por la insustancialidad de los proyectos políticos, que se pierden detrás de posibles posicionamientos, alejándose de los intereses colectivos.No es de extrañar la desconfianza de la gente hacia aquéllos que hacemos política, porque nunca fue tan desvergonzada la exhibición de sus miserias morales. Tal parece que no existiera ninguna necesidad, o derecho insatisfecho que pueda protagonizar el centro del debate, todo lo contrario, ya que después de analizar las encuestas, se sumergen en sus cosas y evaden la realidad, con obscena indiferencia hacia la injusticia social y oprobio que sufre nuestro pueblo.También, secundando esta comparsa en contramano, están los confundidos, ¿es que acaso no ven la realidad de un proyecto político, que aspira a dejar afuera de la sociedad al 40% de nuestra población?, ¿es que no es evidente, que al oficialismo no le interesa la salud y la educación pública?, ¿qué el trabajo en negro, está consentido por los organismos de control público?, ¿cómo piensan éstos que vive un jubilado, con haberes indignos?, ¿qué la renta nacional, se divide entre los que mas tienen y las empresas extranjeras?, yo creo que el motivo de la confusión esta relacionado, con la falta de convicciones sobre los valores que viven en su subconsciente.Los que sueñan ideales, no permiten la oscuridad de la especulación y sus acciones son rectilíneas hacia su concreción, no existen las dudas, y al igual que Leónidas se mantienen firmes, no se acobardan ante la desventaja.Escribió José Ingenieros “La firmeza es acero en la palabra y diamante en la conducta”.El desafío de la hora nos convoca a participar a todos, no solo por vocación como por la necesidad de revertir o al menos intentar hacerlo, este estado de cosas.Ninguna sociedad puede permanecer en un eterno comienzo, como espectadora, en las palabras del poeta “contemplando como se pasa la vida, como se viene la muerte, tan callando; como a nuestro parecer, todo tiempo pasado fue mejor”.Hemos entonces de arremeter contra la parálisis que se nos quiere imponer, contra el determinismo que nos condena, como a Sísifo, a reiniciar cíclicamente el mismo camino, sin derrotero cierto.Toda construcción es un proceso, un cambio, un tránsito superador. Pero esto solo es posible cuando partimos de ideas claras y concretas, cuando estamos ciertos en relación a aquello que queremos lograr y de lo que no queremos.Todo camino tiene un punto de partida. Para los pensadores que surgieron de la Revolución Francesa, este punto de partida fue lo que el filósofo Juan Jacobo Rousseau denominó “EL CONTRATO SOCIAL”, contrato que ciertamente nadie vio materializado en un papel, pero que todos los ciudadanos hicieron suyo fundados en las tres premisas del cambio: LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD.Hoy desde el ARI se plantea un NUEVO CONTRATO, el CONTRATO MORAL, que naturalmente nadie habrá de escribir, pero ciertamente todos habremos de suscribir como propio. Esto es así porque ese es el punto de partida para el cambio que ansiamos.Comenzar a valorar los principios éticos, la palabra empeñada, el respeto al otro y porque no decirlo, a uno mismo. De allí habrá de surgir la confianza, la credibilidad y la seguridad que harán posible la construcción de una nueva sociedad, inclusiva, no discriminatoria y en la cual, fundamentalmente existan OPORTUNIDADES PARA TODOS.Si logramos esto, nuestra será, en forma individual, la responsabilidad de avanzar en ese proceso, pero con un rumbo, con un Norte y no como ocurre hoy día, a la deriva, al garete, solo esperanzados en que las cosas “se nos den” o en “zafar”.Es en este marco que el esfuerzo personal, único motor del cambio, habrá de rendir sus esperados frutos. Nada se logra sin esfuerzo, empecemos a pensar que tenemos y debemos aportar algo desde nosotros mismos, si queremos construir algo nuevo.Sin olvidar el pasado, no quedemos anclados en él. Revelémonos contra la mentira, el engaño y las promesas fáciles. No existe la magia en la evolución social. Seamos actores críticos de la construcción de nuestro destino, no nos dejemos convencer por el canto de sirenas, que finalmente nos conducen, inexorablemente a otro fracaso.De esto hemos sido partícipes, no una, sino varias veces. No desaprovechemos otra oportunidad y demos inicio a lo nuevo, a la esperanza de una sociedad mejor para nosotros, para nuestros hijos y para nuestros nietos".
Pablo Aceto - Beatriz França e Leite

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